Cuando nos lavamos los dientes es importante mover el cepillo con frecuencia para alcanzar todos los espacios bucales y la dentadura completa. Los odontólogos de la Clínica Blanco Carrión recomiendan dividir la boca en cuatro secciones y dedicar una media de 30 segundos al cepillado de cada una. De esta forma cepillaremos nuestros dientes durante aproximadamente dos minutos, siempre después de cada comida.
El problema muchas veces es que con el cepillo no alcanzamos la superficie completa de la boca, por lo que debemos emplear seda dental o cepillos interdentales al menos una vez al día y un limpiador lingual para la higiene de la lengua.
Las cerdas de los cepillos se desgastan y deforman con el tiempo, por lo que pierden efectividad. Para conservarlos en buen estado, debemos lavarlos y secarlos después de cada uso.
Los reveladores de placa dental ayudan a saber si hemos eliminado toda la placa al cepillarnos. A través de su uso podremos observar los restos de placa, que destacarán con algún color llamativo. Las áreas señaladas tendrán que ser limpiadas de nuevo.
Las grasas saturadas y los azúcares refinados en exceso incrementan el sagrado de encías cuando hay gingivitis. El consumo de frutas y verduras, por su parte, contribuirán a mantener unos buenos niveles de vitaminas y minerales.
El riesgo para una persona fumadora de sufrir una enfermedad en los tejidos que rodean los dientes es seis veces más elevada que para una persona que no fuma. Además, el tabaco hace que sea difícil detectar los síntomas clásicos de las enfermedades bucales.
El estrés es uno de los grandes factores de riesgo del sangrado de encías. En situaciones complicadas es una respuesta habitual, pero si se mantiene en el tiempo es recomendable consultar con un profesional.
Para asegurarnos de que no tenemos ningún problema de salud oral es recomendable visitar a nuestro odontólogo de confianza al menos una vez al año.